Envasado en echos reales

Suena el timbre a las 3 de la mañana.
-Beeeep!
-Beeeep!
Suena y suena.
Arrastro mis pies murmurando algo inteligible
-Djashdqweicaxcz!!
Cojo el telefonillo
-Si!
-Esta Maripuri? Dice una voz al otro lado de la puerta
-No, aquí no hay ninguna Maripili- respondo al telefonillo
-Maripuriiii sal de esa casa, perra!! Grita la puerta
Cuelgo el telefonillo de un golpe
-Maripuriii. Grita la puerta oscura.
-Que telefonillo mas raro que lo sigo escuchando. Digo a la nada.
Algo aporrea mi puerta llamando a Maripepi.
Al abrir la puerta no veo nada, pero intuyo una voz y una respiración entrecortada.
-Que salga la perra de mi esposa. -Exclama la voz indignada- que la voy a correr hasta casa!
-¡Eso lo hace usted en su casa cochino y de que mujer me habla! ¡Recoño! ¡¡Que no hay ninguna Marijuani y deje de empujar!! ¡¡Leñe!!- las legañas no quieren quitarse y el señor bajito es fuerte y empuja a patadas, esta oscuro y no veo na.
Se abre la puerta de enfrente.
-Pero que paaasa?
-haja! Dice la voz colombiana.
-Luís-Gustavo! Dice mi vecino sorprendido.
-Me voy a hacer palomitas. Digo yo dormido.
-Irostodosatomarporculo. Dice mi compañero de piso.
-Miaaaauuu!! Dicen mis gatos.
Al parecer mi vecino (uno de ellos, por que en el piso de enfrente son una tonelada de personas y un cerdo) se estaba beneficiando a la mujer de su amigo, el colega no se como se entera y vienen a aporrear mi puerta. La mujer no estaba en la casa, las palomitas saltan en el microondas y estos se van a dar pal pelo… son las 3:45 de la mañana, la vecina del bajo grita algo de una escopeta, el vecino grita no se que condón roto, mi coca-cola se ha acabado cuando empiezo a entender la gracia de los culebrones…